
Por Gloria González Fernández
Reconozco que el avance tecnológico ha sido tan vertiginoso en los últimos años, que nos cuesta trabajo seguirle el paso. La tecnología ha invadido los ámbitos de nuestra vida diaria de tal manera que cada vez nos cuesta más trabajo prescindir de ella. La era digital se tomó de la mano con el arte hace ya muchos años, pero cada vez resulta más una herramienta para ella, y no sólo eso, sino una poderosa arma para la expresión artística.
En Tijuana han sido varios los artistas que han experimentado con los lenguajes del sonido y la imagen digital y realizado aportaciones a la cultura a través de esas manifestaciones.
Me viene a la mente la historia de José Chilitos Valenzuela, un tijuanense de la colonia veinte de noviembre que emigró a Los Angeles en los años 80 y fue pionero en la difusión del concepto del sonido MIDI y lo que hoy se llama “diseño de sonido”. Hoy Chilitos dirige una importante escuela de tecnología del sonido en Santa Mónica, California, luego de haber trabajado para proyectos de Elton John y Whitney Houston, entre otros, y en películas como Star Trek.
También destacan, sin duda, los casos de un buen número de excepcionales músicos electrónicos en Tijuana, que desde los 80s y 90s han insistido en generar nuevos sonidos o en compartir a través de sus consolas lo que se produce en el mundo. Algunos de ellos son ahora internacionalmente conocidos como Djs o como creadores.
Hoy es natural para los jóvenes entender la nueva plasticidad del mundo multimedia y su fácil interactividad. Por supuesto, habrá quienes perciban que les toman el pelo cuando se les muestra como arte una pieza que es por ejemplo una pantalla que hace ruiditos. Sin embargo, existe en muchas de estas nuevas expresiones la posibilidad real de una experiencia estética que puede o no ser placentera, pero que refiere emociones, conceptos, sensaciones, tal como lo hace el arte en sus manifestaciones clásicas.
En Tijuana, un grupo de jóvenes se empeña desde hace dos años en compartir la visión del arte desde la perspectiva digital, quiero decir, usando computadoras. El proyecto Transmedios, instalado en la colonia Cacho, insiste en su propuesta de educar en lenguajes de sonido y visuales con el apoyo de la tecnología digital y en compartir lo que se hace en el mundo, con esa visión global que sólo da este nuevo entorno de la era de la información.
También en Estación Tijuana, en la colonia federal, se presenta actualmente el colectivo Dream Addictive, otro grupo de artistas locales que busca dialogar con el espectador y retar su pensamiento a través de la interacción tecnológica.
Estas expresiones no son futuristas, ni parte de una película de marcianos. Son formas artísticas que llegaron para quedarse y que habitan Tijuana desde hace muchos años de muy distintas maneras y en muy distintas colonias. El arte multimedia, la música electrónica, la instalación digital, la intervención de espacios con sonido e imagen van a aparecer cada vez más en nuestras calles. Le sugiero estar preparado para gozarlas o para odiarlas. Como ha sido siempre en la historia del arte.
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